18 agosto 2025

CONTROL DE MALEZAS DE FORMA ORGÁNICA 

La clásica definición de maleza es “Toda planta que crece en un lugar y momento determinado donde el hombre no la desea”.

Una definición más amigable podria ser “Maleza es toda planta a la que aún no se le ha encontrado su utilidad”.

Esta segunda definición, considera que las malezas no siempre son malas y bajo la perspectiva de la producción orgánica y sustentable, se sostiene que muchas de ellas son benéficas debido a sus múltiples efectos positivos en el agroecosistema. Sin embargo, existe un alto número de malezas, que es necesario mantener en bajas poblaciones o evitar, debido a la dificultad que tiene su manejo una vez que alcanzan elevadas poblaciones.

Las malezas han perdurado como una de las plagas importantes en la agricultura, esto se debe a los mecanismos adaptativos que tienen para sobrevivir a todas las prácticas que hace el hombre para eliminarlas.

Por ello es necesario entender, desde un punto de vista ecológico, qué factores son los que favorecen a las malezas para explotar nichos en medios totalmente alterados por el hombre, permitiéndoles estar siempre presentes gracias a sus características biológicas:

·         Fácil dispersión:  La dispersión está asegurada por las características morfológicas de la mayoría          de las semillas, las que facilitan ser transportadas por el viento, el agua o animales. Esto sumado al          transporte a grandes distancias realizado por el hombre, quien, directa o indirectamente, ayuda a              diseminarlas, mediante el transporte de materiales agrícolas que han determinado que muchas de las        especies malezas sean cosmopolitas, es decir que puede estar en cualquier lugar del mundo.

 

·     Capacidad de persistencia: La capacidad de persistencia está dada por algunas características tales como: elevada producción de semillas, largo período de viabilidad de estas, germinación escalonada, adaptación fisiológica y genética. Estas características determinan que cuando hay algún estrés medioambiental y hace que muchas malezas mueran, a los días después del estrés que significó la reducción de malezas, se produce nuevamente emergencia y crecimiento de grandes poblaciones.

 

·  Capacidad de interferencia:  La capacidad de interferencia con el cultivo, está dada por características como elevada densidad, emergencia sincronizada con cultivos, mayor vigor, características morfológicas y fisiológicas y capacidad de rebrote. La interferencia corresponde a la suma de la competencia más la alelopatía (liberación al medio de sustancias por parte de una planta, que resultan tóxicas para otra).  En resumen la competencia es la interacción entre individuos o entre poblaciones, que se produce cuando demandan similares factores de producción y alguno de ellos comienza a ser escaso.

 CLASIFICACION DE LAS MALEZAS

Para lograr un eficiente control de las malezas, es básico entender sus características biológicas, que hacen tan difícil mantenerlas en bajas poblaciones, ya que tienen diferentes respuestas y son tan adaptables al medio. Existen varias maneras de clasificar las malezas, pero las más utilizadas desde el punto de vista agronómico, son según su morfología y según su ciclo de vida.

Clasificación según su morfología:   


Las malezas se dividen en hoja ancha o dicotiledóneas y hoja angosta o monocotiledóneas. Ambas son plantas que poseen flores y semillas.          

Clasificación según su ciclo de vida: 

Una de las principales maneras de entender la respuesta de las malezas al medio ambiente, es conociendo sus ciclos de vida, los que se dividen en anuales, bianuales y perennes. 

Malezas anuales de verano: Son aquellas que germinan durante la primavera, crecen en el verano, maduran y mueren en el otoño.  O sea completan su ciclo de semilla a semilla dentro de una temporada y producen, por lo general, una alta cantidad de semillas. Ejemplos de este grupo son hualcacho, pata de gallina, chamico, ambrosia, sanguinaria, etc. 

    Pata de gallina 

Malezas anuales de invierno:  Son las que germinan en otoño o invierno, se desarrollan en primavera y producen semillas y mueren tarde en primavera o en verano quedando sus semillas en latencia hasta el próximo año.  Ejemplos de este grupo son ballica, avenilla, yuyo, rábano, bolsita del pastor, etc. 

    Rábano

Malezas bianuales:  Son las que requieren de dos temporadas para completar su ciclo. En la primera temporada tienen un crecimiento en roseta y la segunda temporada emiten el tallo floral y producen semillas. Si se corta el tallo floral o central una vez iniciado su crecimiento, puede inducir la emisión de uno nuevo, pero de menor altura y menor capacidad de producción de semillas.

    Cardo 

Malezas perennes simples:  Las malezas perennes, en zonas templadas, pueden o no completar su ciclo la primera temporada pero pueden vivir de manera indefinida rebrotando desde estructuras vegetativas. En este grupo están las perennes simples, que son las que se reproducen por semillas, pero rebrotan desde la corona o raíz perenne: Ejemplos son diente de león, galega, romaza y siete venas.

 

    Siete Venas

Malezas perennes complejas:  Son las que producen nuevas plantas desde propágulos vegetativos. Esto puede durar muchos años y mientras existan las condiciones edafoclimáticas adecuadas, la planta estará multiplicándose continuamente. En este grupo se encuentran las malezas más difíciles de controlar, en especial en las hileras de plantación una vez que ya se han establecido. Algunos ejemplos son: correhuela, vinagrillo, pata de laucha, chépica o pasto bermuda, chépica o pasto quila. Los ciclos de crecimiento y desarrollo de estas malezas son similares a los de cultivos en los cuales están presentes, por lo que se adaptan y se protegen con el crecimiento del cultivo.


MANEJO DE LAS MALEZAS

En términos generales, lo que busca el manejo de malezas, es poner en la práctica todas aquellas recomendaciones que influyan positivamente en el desarrollo del cultivo, ya que bajo estas condiciones, el propio cultivo evitará el crecimiento de gran cantidad de malezas.

La mayoría de las recomendaciones para manejar malezas en producción orgánica, tienen un resultado efectivo sobre las malezas anuales y bianuales, sin embargo no es factible obtener los mismos resultados con las malezas perennes ya que sus propágulos vegetativos les permiten rebrotar de manera continua, sin que se observe una disminución de ellas. Es por esto por lo que este tipo de malezas se ha transformado en uno de los principales problemas de la producción de hortalizas y frutales orgánicos. 

Cuando se enfrenta la presencia de malezas perennes, su manejo debe ser cuidadosamente planeado y ejecutado; en este caso, las sugerencias apuntan a que debe haber objetivos generales y básicos para ser exitoso en un programa de manejo de este tipo de malezas: 


·         Reducir las semillas en el banco del suelo.

·         Prevenir el crecimiento de plántulas.

·         Agotar el sistema radicular de reserva en el suelo.

·         Prevenir la diseminación. 

Aunque algunos cultivos toleren la presencia de una baja población de malezas, igual se debe buscar su erradicación total, en caso contrario se transformarán en un problema continuo en cualquier cultivo bajo manejo orgánico. Para enfrentar las malezas, puede hacerse con estrategias de control, culturales y preventivas, siendo estas últimas las que mayor importancia adquieren en la producción orgánica. 


Estrategias Preventivas para el control de malezas:

·      Uso de semilla certificada: Para asegurar que no se introduzcan semillas de malezas,           que             normalmente están en alta cantidad cuando se adquieren o se intercambian granos           como el             trigo, maíz cebada, etc. con el objetivo de usarlos como semilla. 

 

·     Uso de materiales libres de semillas de malezas: Se refiere al uso de implementos o cualquier material de uso en el campo, que no debe tener semillas de malezas. Se incluye guanos, fardos, paja para cubiertas, residuos de cosecha, etc.

Es común utilizar materiales que pueden incluir una abundante cantidad de semillas viables de malezas y que son diseminadas por descuido. Frecuentemente, realizar algunas medidas simples como compostar adecuadamente, llegando a temperaturas sobre 55ºC por tres o más días consecutivos, intemperización de la paja u otros materiales de cosecha, ayudan a eliminar o disminuir la viabilidad de muchas semillas.

 

·  Limpiar maquinarias: implementos de labranza o cualquier tipo de maquinaria, ya sea de preparación de suelo o de cosecha, permite eliminar semillas y/o propágalos vegetativos. Aunque la mayoría de estos trabajos se realizan a trato, por lo que se requiere que sea rápido, es necesario que el productor orgánico se asegure, como una importante medida preventiva, de limpiar la maquinaria para evitar el ingreso de malezas, en especial especies que no están presentes en el predio. 


·      Evitar el transporte de suelo desde áreas desconocidas:  Ya que existe la posibilidad de acarrear semillas de nuevas especies de malezas que puedan adaptarse fácilmente en su nuevo lugar.

 

·       Si se desea comprar plantas inspeccionar los viveros:  Observar el sustrato en el cual se producen las plantas, para asegurar que no exista acarreo de semillas o propágulos de especies difíciles de controlar con posterioridad, ya que por lo general su crecimiento radicular se entrecruza con el de la especie a plantar.

 

·   Controlar malezas en canales de riego: Ya que el agua de riego es un importante vehículo de semillas y estructuras vegetativas de malezas. Además, es muy importante controlarlas antes que el agua entre al predio, para evitar el ingreso de especies nuevas, esto requiere que los canales matrices de distribución de aguas estén limpios, sin malezas, o al menos no se debe permitir que lleguen al estado de flor.

 


·      Prevenir la reproducción de las malezasLas malezas anuales no deben pasar el estado de flor y de preferencia no llegar a este estado, ya que algunas especies son capaces de producir semillas si se cortan después de florecer. Las especies perennes no deben producir o aumentar sus propágulos vegetativos, esto significa controlarlas permanente desde sus primeros estados de desarrollo, para ir agotando las reservas de carbohidratos desde el suelo.


·     Restringir el movimiento de animales:  Ya que son importantes diseminadores de semilla que pasan por el tracto digestivo sin destruirse, inclusive de las aves. De la misma manera, muchas semillas de malezas tienen estructuras que les permite adherirse a la piel de los animales, por lo que es necesario saber el lugar de origen de los animales y conocer si había malezas nuevas. En el caso de los pájaros, es imposible impedir que diseminen malezas, pero se recomienda estar siempre atento a los bordes y en los cercos de los potreros por la emergencia de nuevas malezas y controlarlas de inmediato.

 

·    Usar trampas de semillas en los canales:  Aunque es bastante difícil por los sistemas de distribución de las aguas de riego en el país, es factible construir a la entrada de los predios, un sistema que disminuya la presencia de semillas en al agua, para evitar o al menos disminuir, la diseminación permanente de semillas de malezas que se realiza a través de riegos poco tecnificados. 


 Estrategias Culturales para el control de malezas:


·     Rotación de cultivos:  Establecer cultivos de primavera y otoño para complementar los sistemas de control de malezas.

 

·   Competencia del cultivo:  Partir con una población uniforme evita el crecimiento de muchas malezas.

 ·     Labranza primaria:  Alternar profundidades de labranza para evitar presión de selección sobre             especies que toleran una determinada profundidad de preparación. 

·    Preparación de cama de semillas:   Ayuda a controlar la emergencia de las primeras poblaciones de 

    malezas.

 

·     Genotipo de cultivos: Buscar aquellos de rápida emergencia y preferir los con resistencia 

     enfermedades.

 

·   Fertilización: Utilizar aquellos fertilizantes de lenta liberación y localizados donde los requiera el cultivo.

 

·   Riego:  Realizar el riego con los volúmenes de agua y en la ubicación que sea requerido por el cultivo. 

Control de malezas: 

Debe ser considerado como una práctica que en el largo plazo, pierde importancia en comparación a las medidas preventivas y sólo debería considerarse como un complemento a un sistema de manejo orgánico de malezas. Entre las prácticas de control que se recomiendan para disminuir la presencia de malezas, están las siguientes:


·    Flameo:   Corresponde a la aplicación de calor sobre el follaje de las malezas, no produce un quemado de las plantas, más bien ocurre una destrucción de las paredes celulares, por aumento de la temperatura interna de las células.

Es más efectivo mientras más expuestos estén los meristemos de crecimiento, por lo que en malezas perennes con propágulos subterráneos, no es muy recomendable, ya que se debe usar en repetidas ocasiones.

 

·   Cubiertas de suelo:  Se recomienda el uso de mulch sobre las hileras de cultivos y frutales, orgánicas o inorgánicas, siempre que estén permitidas por la normativa vigente. Entre las hileras se sugiere establecer leguminosas o mezclas de leguminosas con gramíneas, para disminuir la presencia de malezas perennes, que además aportan nutrientes, regulan temperatura y humedad, entre otros importantes efectos positivos.

 


    Diferentes tipos de mulch

 

·   Preparación de cama de semillas en franjas:  Lo que permite controlar de manera permanente la emergencia de nuevas poblaciones de malezas, incluso se puede sembrar cultivos densos en una temporada y dejar hileras sin sembrar para controlar malezas de forma mecánica y permanente, para utilizar estas hileras con un cultivo a la temporada siguiente.

 

·   Cultivadores mecánicos: Los cultivadores son una de las formas más comunes de controlar malezas de post emergencia en muchos cultivos escardados. Tienen la ventaja de realizar un buen control de las malezas anuales, pero estimulan la emergencia de nuevas malezas y las perennes no son controladas.


·   Control manual: Es el sistema más utilizado en el control de post emergencia en la producción orgánica. La gran ventaja el su efectividad, pero tiene un alto costo que lo hace casi prohibitivo en muchas circunstancias; además, en el control de malezas perennes no es muy efectivo.

 

·         Bioherbicidas: No hay en el país, por el momento, herbicidas orgánicos registrados, pero en el extranjero los hay de post emergencia de las malezas y de preemergencia de los cultivos, ya que no son selectivos.

Son preparados en base a sustancias orgánicas que al aplicarse sobre malezas causan la muerte, amarillamiento o reducción del crecimiento, su acción es de contacto y su efecto residual normalmente no supera los 10 días.

Pueden auto elaborarse en base a extractos de acículas de pino, extractos de agave, ácido acético proveniente de vinagre, mezclas de azufre mojable con aceite mineral o té de compost concentrado. Son herramientas poco eficientes y con resultados muy disímiles entre localidades y estado de las malezas por lo que se requiere de gran número de aplicaciones y un mojamiento superior a 600 litros de agua/hectárea y sólo se logran el control de las partes expuestas de malezas como correhuela, diente de león, pila pila y vinagrillo, pero no son eficaces ante chépica, chufa, maicillo ni falso té.      

       Preparación de extracto de acículas de pino para control de malezas


Material recopilado y preparado por Jorge A. Pérez-Cotapos Ayala
Ingeniero Agrícola, Universidad de Chile

Asesor Tecnico Agroambiente Ltda.
Correo:   japca1000@gmail.com


11 agosto 2025

 

PRODUCCION DE BOCASHI

El Bocashi es un abono orgánico resultado de un proceso de fermentación donde se utilizan mezclas de diferentes materiales o residuos orgánicos en determinadas proporciones, y se le añaden ciertos aditivos que aceleran el proceso de descomposición.

Funciones del Bocashi:

 

        Mejora las condiciones físicas y químicas del suelo y previene enfermedades a las raíces de los        cultivos.

        Aporta nutrientes necesarios para estimular el crecimiento y desarrollo de los cultivos.

       Mejora gradualmente la fertilidad y vida del suelo promoviendo mayor retención de humedad y      plantas sanas con mayor producción.

    Aporta materia orgánica al suelo, permitiendo la fijación de carbono, así como la capacidad de absorción de agua.

      Activa una serie de rizo-bacterias promotoras del crecimiento de las plantas y de bio protección.

Ventajas:

          Se aprovechan residuos orgánicos locales.

         Los materiales son fáciles de conseguir y de bajo costo.

         Es de fácil preparación y aplicación.

       El tiempo de fermentación es corto; varía de acuerdo con las condiciones climáticas de cada región; suma entre 12 a 21 días.

        Es un abono de alta calidad.

      En su elaboración no se forman gases tóxicos ni surgen malos olores debido a los controles que se realizan en cada etapa del proceso de la fermentación, evitándose cualquier inicio de putrefacción.


 

Fermentación del Bocashi:

En este tipo de abono la de fermentación se desarrolla a través de procesos anaeróbicos que gracias a la inoculación de microrganismos benéficos se potencializa la carga microbiana, permiten la aceleración en la trasformación de los materiales orgánicos disponibles.  Junto con la adición de melaza como fuente de energía los microorganismos activan y ayudan a desdoblar los componentes, es importante tener presente mantener una humedad promedio del 30%, y manejar una adecuada relación C/N para que la fermentación sea adecuada y que no ocurra pudrición y lentitud o aceleramiento desmesurado en los procesos.  

Este abono tiene como objetivo estimular la vida microbiana del suelo y la nutrición de las plantas.  La calidad de un abono orgánico se determina a partir de su contenido nutricional, que está directamente relacionado con las concentraciones de nutrientes presentes en los materiales utilizados para su elaboración.

Factores que afectan el proceso de la elaboración de Bocashi: 

a) Temperatura: 

Está en función del incremento de la actividad microbiológica del abono, que comienza después de la etapa de la mezcla de todos los ingredientes. Aproximadamente, después de catorce horas de haberlo preparado, el abono debe presentar temperaturas que pueden superar fácilmente los 50 ºC, lo que es una buena señal para continuar con las demás etapas del proceso. La actividad microbiológica puede ser perjudicada por la falta de oxigenación y el exceso o escasez de humedad.

b) pH (acidez): 

La elaboración de este tipo de abono requiere que el pH oscile entre un 6,0 y un 7,5, ya que los valores extremos inhiben la actividad microbiológica durante el proceso de la degradación de los materiales. Sin embargo, al inicio de la fermentación el pH es bien bajo, pero gradualmente se va autocorrigiendo con la evolución de la fermentación o maduración del abono.

c) Humedad:

La humedad óptima para lograr la máxima eficiencia del proceso de la fermentación del abono oscila entre el 50% y el 60% (en peso) o sea, los materiales están vinculados a una fase de oxidación. Cuando la humedad es inferior al 35%, se da una descomposición aeróbica muy lenta de los materiales orgánicos que hacen parte del compuesto.

Por otro lado, cuando la humedad supera el 60%, la cantidad de poros que están libres de agua son muy pocos, lo que dificulta la oxigenación de la fermentación, resultando un proceso anaeróbico putrefacto, el cual está vinculado a una fase de reducción de la materia orgánica, que no es lo deseado ni lo ideal para obtener un abono de buena calidad. 

d) Aireación:

La presencia del oxígeno o una buena aireación es necesaria para que no existan limitaciones en el proceso aeróbico de la fermentación del abono. Se calcula que como mínimo debe existir de un 5% a un 10% de concentración de oxígeno en los macro poros de la masa. Sin embargo, cuando el micro poro se encuentran en estado anaeróbico (sin oxígeno) debido a un exceso de humedad, ello puede perjudicar la aireación del proceso y, en consecuencia, se obtiene un producto de mala calidad. 

e) Tamaño de las partículas de los ingredientes: 

La reducción del tamaño de las partículas de los componentes del abono puede presentar la ventaja de aumentar la superficie para su descomposición microbiológica. Sin embargo, el exceso de partículas muy pequeñas puede llevar fácilmente a una compactación que favorece el desarrollo de un proceso anaeróbico, lo que no es ideal para obtener un buen abono orgánico fermentado. En algunos casos, este fenómeno se corrige mezclando al abono materiales de relleno de partículas mayores, como son pedazos picados de maderas, carbón vegetal grueso, etc.

Ingredientes utilizados:

       Estiércol seco (ovino, bovino, gallinaza, equino, caprino).

      Paja o rastrojo seco (restos de cosecha).

      Cascarilla de arroz.

      Carbón vegetal en partículas pequeñas (cisco o sijo).

      Harina de rocas.

      Tierra de cerro o composta natural.

      Levadura.

      Melaza.

      Agua natural (NO clorada).

      Afrecho.

      Cal agrícola o ceniza de fogón.

      Levadura para pan, granulada o en barra.

      Tierra arcillosa bien cernida.


Aportes de los ingredientes utilizados para elaborar Bocashi: 

a) Carbón vegetal: 

Mejora las características físicas del suelo, como su estructura, lo que facilita una mejor distribución de las raíces, la aireación y la absorción de humedad y calor (energía). Su alto grado de porosidad beneficia la actividad macro y microbiológica de la tierra, al mismo tiempo que funciona con el efecto tipo “esponja sólida”, el cual consiste en la capacidad de retener, filtrar y liberar gradualmente nutrientes útiles a las plantas, disminuyendo la pérdida y el lavado de éstos en la tierra.

Por otro lado, las partículas de carbón permiten una buena oxigenación del abono, de manera que no existan limitaciones en el proceso aeróbico de la fermentación, otra propiedad que posee este elemento es la de funcionar como un regulador térmico del sistema radicular de las plantas, asiéndolas más resistentes contra las bajas temperaturas nocturnas.

La uniformidad del tamaño de las partículas influenciará sobre la buena calidad del abono que se utilizará en el campo. Con base en la práctica, se recomienda que las partículas o pedazos de carbón no sean muy grandes; las medidas son muy variadas y esto no se debe transformar en una limitante para dejar de elaborar el abono, las medidas desde medio o un centímetro a un centímetro y medio de largo por un centímetro y medio de diámetro constituyen el tamaño ideal aproximado.

Cuando se desea trabajar con hortalizas en invernadero sobre el sistema de almácigos en bandejas, las partículas del carbón a utilizarse en la elaboración del abono fermentado deben ser menores (semi-pulverizadas o cisco de carbón), pues ello facilita llenar las bandejas y permite sacar las plántulas sin estropear sus raíces, para luego trasplantarlas definitivamente al campo.

b) Gallinaza o Estiércoles: 

Es la principal fuente de nitrógeno en la elaboración de los abonos orgánicos fermentados. Dependiendo de su origen, puede aportar inoculo microbiológico y otros materiales orgánicos en mayor o menor cantidad, los cuales mejorarán las condiciones biológicas, químicas y físicas del terreno donde se aplicarán los abonos.

La mejor gallinaza para la elaboración de los abonos orgánicos es la que se origina de la cría de gallinas ponedoras bajo techo y con piso cubierto con materiales secos mezclados con harina de rocas. Ellos evitan el uso de la pollinaza que se origina a partir de la cría de pollos de engorde, porque presenta una mayor cantidad de agua, es putrefacta y muchas veces en la misma están presentes los residuos de coccidiostaticos y antibióticos, los cuales interfieren en muchos casos, en el proceso de la  fermentación de los abonos.

c) Cascarilla de arroz: 

Este ingrediente mejora las características físicas de la tierra y de los abonos orgánicos, facilitando la aireación, la absorción de humedad y el filtrado de nutrientes. También beneficia el incremento de la actividad macro y microbiológica de la tierra, al mismo tiempo que estimula el desarrollo uniforme y abundante del sistema radical de las plantas así como de su actividad simbiótica con la microbiología de la rizosfera. Es, además, una fuente rica en silicio, lo que favorece a los vegetales, pues los hace más resistentes a los ataques de insectos y enfermedades.

La cascarilla de arroz puede ocupar, en muchos casos, hasta un tercio del volumen total de los ingredientes de los abonos orgánicos. Es recomendable para controlar los excesos de humedad cuando se están preparando los abonos fermentados.

d) Afrecho: 

Es uno de los ingredientes que favorecen, en alto grado, la fermentación de los abonos, la cual se incrementa por la presencia de vitaminas complejas en el afrecho.   Aporta activación hormonal, nitrógeno y es muy rica en otros nutrientes muy complejos cuando sus carbohidratos se fermentan, los minerales, tales como fósforo, potasio, calcio y magnesio también están presentes.

e) Melaza:

Es la principal fuente energética para la fermentación de los abonos orgánicos. Favorece la multiplicación de la actividad microbiológica; es rica en potasio, calcio, fósforo y magnesio; y contiene micronutrientes, principalmente boro, zinc, manganeso y hierro.

Para lograr una aplicación homogénea de la melaza durante la elaboración de los abonos orgánicos fermentados, se recomienda diluirla en una parte del volumen del agua que se utilizará al inicio de la preparación de los abonos.

f) Tierra común: 

En muchos casos, ocupa hasta una tercera parte del volumen total del abono que se desea elaborar. Entre otros aportes, tiene la función de darle una mayor homogeneidad física al abono y distribuir su humedad; con su volumen, aumenta el medio propicio para el desarrollo de la actividad microbiológica de los abonos y, consecuentemente, lograr una buena fermentación.  Por otro lado, funciona como una esponja, al tener la capacidad de retener, filtrar y liberar gradualmente los nutrientes a las plantas de acuerdo con las necesidades de éstas.

Dependiendo de su origen, puede aportar variados tipos de arcillas, microorganismos inoculadores y otros elementos minerales indispensables al desarrollo normal de los vegetales.   En algunos casos, es conveniente cernir la tierra con la finalidad de liberarla de piedras, grandes terrones y maderas.

g) Carbonato de calcio o Cal agrícola:

Su función principal es regular la acidez que se presenta durante todo el proceso de la fermentación, cuando se está elaborando el abono orgánico; Propicia las condiciones ideales para el buen desarrollo de la actividad y reproducción microbiológica, durante todo el proceso de la fermentación cuando se están elaborando los abonos orgánicos.

h) Agua: 

Tiene la finalidad de homogeneizar la humedad de todos los ingredientes que componen el abono.  Para preparar los abonos fermentados tipo Bocashi, el agua se utiliza solamente una vez; no es necesario hacerlo en las demás etapas del proceso de la fermentación. Finalmente, mientras que agarramos la práctica de la humedad ideal, inicialmente, es mejor que el abono tienda a seco y no a muy húmedo. 

i) Harina de rocas: 

La harina o polvo de rocas se puede conseguir machacando rocas con un combo hasta hacerlas polvo, o en canteras de materiales pétreos. Lo ideal es conseguir de varias canteras por su diversidad. La harina de rocas se puede sustituir por ceniza.

Formulación para preparar una tonelada de Bocashi:

       7,0 Sacos de 50 kilos de estiércol seco (ovino, bovino, gallinaza, equino, caprino).

      7,0 Sacos de 50 kilos de paja o rastrojo seco (restos de cosecha).

      5,0 Sacos de 50 kilos de cascarilla de arroz.

      2,0 Sacos de 50 kilos de carbón vegetal.

      1,0 Saco   de  50 kilogramos de harina de roca.

      7,0 Sacos de  50 kilos de tierra de monte o composta.

      500 gramos de levadura.

      2,0  litros de melaza.

      Agua natural NO clorada la que se requiera.

Procedimiento para la preparación de Bocashi: 


    Una noche antes de la preparación del Bocashi, en un balde de 20 litros disolver 2,0 litros de melaza, junto con los 500 gramos de levadura; ideal es que el agua este tibia, mezclar homogéneamente y dejarla reposar toda la noche.

       Disponer, si se es posible, de un área techada para evitar que el abono se moje con la lluvia.

       La paja o rastrojo seco deberá estar finamente picado para que su desintegración sea más rápida.

 Pasos a seguir:

 Paso N°1

Se extenderá una primera capa de los ingredientes, incorporándolos de la siguiente manera:

Paja o rastrojo seco – estiércol seco – tierra – harina de roca – cascarilla de arroz – carbón vegetal.

Posteriormente se rociará bien la primera capa con un poco de la mezcla de la melaza y levadura junto con 10 litros de agua, para continuar con una segunda capa de los mismos ingredientes la cual se volverá a rociar con la mezcla y 10 litros de agua. Se continuará capa por capa hasta terminar.

Paso N° 2: 

Se formará una pila de capas de los ingredientes la cual se deberá revolver con ayuda de una horqueta hasta lograr una mezcla homogénea de todos los ingredientes.

Paso N° 3: 

Una vez mezclados los ingredientes, se revisará la humedad; para ello, se tomará un puño de abono y se apretará. No debe escurrir ni tampoco sentirse seco, se debe sentir una consistencia fresca y moldeable, si escurre se tendrán que incorporar 2,0 sacos de tierra seca para poder reducir la humedad.

Paso N° 4: 

Una vez verificada la humedad de la pila, se tapará con plastico.

Paso N° 5:

Etapa de fermentación:

Para el correcto proceso de fermentación, se deberá airear el abono, o sea darle dos volteadas. El proceso de aireación (volteos) será de acuerdo con la siguiente tabla y tiene una duración de 17 días.

Cada vez que se hace el volteo, se deberá verificar la temperatura con un termómetro, la cual llegará la primera semana hasta 50 °C, con el transcurso de los días, la temperatura del Bocashi irá disminuyendo hasta alcanzar una temperatura ambiente entre 19 y 23°C.  Es importante NO agregar más agua durante todo el proceso de fermentación.

Nota: Los días de fermentación pueden variar dependiendo del clima de cada región; es importante que la temperatura no sobrepase los 50°C, si ello llegase a ocurrir, se deberá aplicar un poco de agua para ayudar a disminuirla.   En cuanto la temperatura haya disminuido y los ingredientes se vean desintegrados y pequeños, el Bocashi estará listo para almacenarlo o aplicarlo.

Forma de aplicación del Bocashi:

       Su aplicación deberá ser 15 días antes de la siembra o trasplante.

      Se puede aplicar directamente en los surcos, camellones o camas ya sembradas, pero a una distancia de 15 cm de las plantas.

      Puede aplicarse a todos los cultivos.

  Si se quiere utilizar como sustrato para almácigo, se deberá utilizar un kilo de Bocashi en combinación con 10 kilos de otros ingredientes como tierra de monte, composta, vermicompostaje, etc.




Almacenamiento y caducidad:

Su almacenamiento puede durar hasta 3,0 años, pero lo más recomendable es no dejar pasar más de un año para su aplicación.   Lo ideal es almacenarlo en sacos, en un lugar fresco y seco, así mismo etiquetarlo para saber el día de su elaboración.

Recomendaciones generales:

       Es importante no aplicarle agua durante toda la etapa de volteos.

      NO utilizar estiércol fresco, NI de cerdos o animales domésticos.

      Para tener un mejor control de la temperatura, se recomienda utilizar un termómetro de aguja.

      Si la temperatura rebasa los 50°C es importante darle 3,0 vueltas al día hasta lograr disminuirla.

      NO dejar que se moje con la lluvia o que animales como perros, gatos o gallinas se acerquen.

      NO dejar pasar ningún día de darle las vueltas que se piden.

 Dosis a utilizar:

En terrenos con proceso de fertilización orgánica se pueden aplicar 1,0 kilos por metro cuadrado de terreno, lo que equivale a 10 toneladas por hectárea.   En terrenos donde nunca se ha aplicado Bocashi, las dosis serán mayores (4,0 kilos por metro cuadrado, lo que equivale a 40 toneladas por hectárea. 

Para cultivos anuales como los cereales, será necesaria una segunda aplicación, entre 15 y 25 días de la emergencia del cultivo, en dosis de 1,0 kilo por metro cuadrado.  Para hortalizas se hará una sola aplicación de 4,0 kilos por metro cuadrado.

Contenido nutricional de un Bocashi:

Es importante destacar que no se debería hacer una comparación entre un abono orgánico y uno sintético debido a que son dos cosas diferentes y más aún cuando se prima la importancia de la materia orgánica. La composición química dependerá de los materiales bases para su elaboración, en la siguiente tabla se puede observar el contenido nutricional de diferentes Bocashi y se observa que a pesar de tener diferentes porcentajes en cada uno de ellos, no dejan de ser una opción viable e importante para la producción de alimentos sanos y sustentables.


 Material recopilado y preparado por Jorge A. Pérez-Cotapos Ayala
Ingeniero Agrícola, Universidad de Chile
WhatsApp +569 989340531
japca1000@gmail.com