15 julio 2025

             CONTROL DE PLAGAS Y ENFERMEDADES EN PRODUCCIÓN ORGÁNICA

Introducción:

Las malas prácticas de cultivo, la intensificación de la producción, el riego intensivo y el uso inadecuado de abonos y pesticidas químicos, han provocado una disminución paulatina en la productividad del suelo.

La agricultura intensiva es responsable de la contaminación del aire y del agua del subsuelo, la eutrofización de los sistemas acuáticos, las emanaciones de gas invernadero y produce amonio cuya consecuencia principal es la lluvia ácida.

El uso intensivo de pesticidas tiene un impacto severo en organismos que no son su objetivo: microorganismos recicladores de nutrientes del suelo, polinizadores de plantas y depredadores de plagas entre otros, además de contaminar fuentes y cauces de agua y suelos.

Esta situación se ve agravada además por la persistencia de las plagas y enfermedades que atacan a los cultivos y la proliferación de malezas resistentes que requieren cada vez más dosis más altas de pesticidas para su control.

 Tipos de daño causados por las plagas:

 Directos:

Son daños directos de los insectos, hongos, bacterias y demás patógenos, que causan ataques a los cultivos en diversas partes de la planta: hojas, flores, frutos, tallos y raíces. Como consecuencia se ve afectado su potencial productivo y afectando a las cosechas.

Indirectos: 

Se consideran daños indirectos cuando los insectos, hongos, bacterias, nematodos o virus dañan los órganos de la planta que no son partes que se cosechan.

Por ejemplo, las larvas minadoras que causa daño a las plantas porque en sus estados larval y adulto se alimenta succionando savia o haciendo galerías en el interior de las hojas ocasionando la pérdida de área fotosintética con debilitamiento de las plantas.

Otro ejemplo es la mosca blanca que al producir mielecilla atrae a un hongo que produce la enfermedad llamada fumagina.  Los frutos se manchan de un polvillo negro haciéndolos perder su calidad comercial.


Métodos de control de plagas y enfermedades:

Para el control de las plagas y enfermedades hay diferentes métodos. Los principales son el químico, biológico, y natural.

Método químico:  

El control químico de plagas es el control de sus poblaciones o la prevención de su desarrollo mediante el uso de sustancias químicas. Los compuestos químicos que se utilizan en la protección de los cultivos reciben el nombre genérico de pesticidas o plaguicidas.


Método biológico:  

El control biológico se basa en la suelta de enemigos naturales con el objetivo de controlar los organismos que causan daño en el cultivo, evitando el uso de productos químicos o plaguicidas, por lo que es muy amigable con el medio ambiente. 

Algunas limitaciones de este método son:

El éxito de su aplicación requiere mayores conocimientos de la biología de los organismos implicados (tanto del agente causante del daño como de sus enemigos naturales).

Normalmente su aplicación requiere un planteamiento y manejo más complejo, mayor seguimiento de la aplicación, y es menos rápido y drástico que el control químico.

Los resultados de este método de control son lentos en relación al método químico, por lo que según sea el avance de la plaga, los riesgos para la cosecha son altos.

La mayoría de los enemigos naturales suelen actuar sobre una o unas pocas especies, es decir son altamente selectivos. Esto puede resultar una ventaja, pero en ocasiones supone una desventaja al incrementar la complejidad y los costes derivados de la necesidad de utilizar distintos programas de control.

Método natural:  

La característica de este método es un conjunto de prácticas y técnicas que nos permite la producción de alimentos de calidad para una alimentación saludable.

Este método se basa principalmente en el uso de insumos naturales y restringe el uso de insumos químicos nocivos al medio ambiente y para las personas.

Se pueden usar insumos naturales en el control de plagas elaborados de diferentes compuestos en casa con materiales orgánicos, algunos provenientes del mismo huerto.

Las principales preparaciones para un control natural lo podemos elaborar con insumos que están a nuestro alcance, se detallan en el siguiente cuadro:

Estos preparados tienen las siguientes ventajas:

  • La base para su producción son insumos que generalmente se encuentran disponibles en las casas, constituyendo una alternativa de bajo costo para el control de plagas y enfermedades.
  • Su elaboración no requiere tecnología costosa o compleja.
  • Se elaboran con sustancias biodegradables de baja o nula toxicidad por lo que no contaminan el medio ambiente.
  • Su rápida degradación reduce el riesgo de residuos en los alimentos, incluso algunos pueden ser utilizados poco tiempo antes de la cosecha.
  • Varios actúan rápidamente inhibiendo la alimentación de los insectos, aunque a la larga no causen la muerte de este.
  • Debido a su acción estomacal y rápida degradación pueden ser más selectivos con insectos plaga y menos agresivos con los enemigos naturales.
  • No generan resistencia al control de insectos como insecticidas sintéticos.

Desventajas:

  • Requieren de algunos conocimientos técnicos para su elaboración.
  • El proceso de elaboración puede demandar cierto tiempo y, algunas veces, los ingredientes necesarios no se encuentran disponibles todo el año, por lo que preparación debe ser planificada.
  • No siempre pueden almacenarse para un uso posterior.
  • Se degradan rápidamente por los rayos ultravioleta por lo que su efecto residual es bajo.
  • Algunos como el tabaco, por ejemplo, demandan mucho cuidado en su preparación debido a su toxicidad.
  • En algunos casos no han sido validados con rigor científico, en especial en lo que refiere a las dosis y los momentos de aplicación.
  • Cómo su uso está basado en la práctica, debemos recordar que las condiciones de producción o ecológicas pueden cambiar.

 Biopreparados:  

Los biopreparados son productos elaborados a partir de restos de origen vegetal o sustancias de origen mineral o animal que ayudan a disminuir los problemas de plagas y enfermedades o mejorar el desarrollo de los cultivos.

Los biopreparados tienen propiedades nutritivas para las plantas, repelentes o controladores de insectos o curativas de enfermedades.

Son el resultado de la descomposición o fermentación (mediante la acción de microorganismos) de materia orgánica disuelta en agua, transformando elementos que no podrían ser aprovechados directamente por las plantas en sustancias fácilmente asimilables por las mismas.


Clasificación biopreparados:

 a) Biostimulantes / Bioenraizadores:  

Se preparan a base de vegetales que poseen sustancias que ayudan y promueven el desarrollo de las distintas partes de las plantas, fundamentalmente en sus primeros estadios. Actúan aportando un suplemento alimenticio, facilitando la absorción y el traslado de nutrientes y estimulando una mayor y rápida formación de raíces.  Se utilizan en la reproducción de plantas por esquejes y estacas.


b) Biofertilizantes:

Son el resultado de la descomposición o fermentación (mediante la acción de microorganismos) de materia orgánica disuelta en agua, transformando elementos que no podrían ser aprovechados directamente por las plantas en sustancias fácilmente asimilables por las mismas. Un buen ejemplo es el estiércol o los minerales. Promueven una mejor nutrición de la planta y, a partir de la misma, su resistencia a los ataques de insectos y enfermedades.

c) Biofungicidas:

Se preparan con elementos minerales y/o partes de vegetales que poseen propiedades para impedir el crecimiento o la eliminación de los hongos y mohos que provocan enfermedades en las plantas.

Se aplican mediante rociado, pulverizado o remojado, en el caso de las semillas. El tratamiento puede realizarse de manera preventiva con el fin de proteger a la planta antes que se enferme o curativa cuando se presentan los primeros síntomas.

 d)  Bionsecticidas / Biorepelentes:  

Se preparan a base de sustancias naturales con propiedades reguladoras, de control o de eliminación de insectos considerados plagas para los cultivos. Se extraen de alguna planta, de los propios insectos o pueden ser de origen mineral. Dentro de este grupo existen los microbiales, desarrollados a partir de microbios (bacterias, hongos, virus) capaces de producir enfermedades a ciertos insectos considerados plagas. Uno de los más conocidos es el bacillus thuringiensis que controla gusanos o larvas.

 


e) De acuerdo a la forma de preparación:

Extractos:  

Se elaboran extrayendo el líquido a las flores con propiedades insecticidas, repelentes de insectos o controladoras de enfermedades, mediante prensado. Se utilizan flores frescas, en lo posible recién abiertas, cortadas, humectadas y empastadas de las que con ayuda de algún mezclador se extrae el líquido. El extracto debe de conservarse en un frasco preferentemente oscuro y utilizarse diluido.


Infusiones:  

Se preparan de la misma forma en la que se prepara un mate o un té de hierbas, sumergiendo en agua hirviendo las partes tiernas de las plantas como flores y hojas para extraer sus sustancias activas.

Decocción:  

Se preparan haciendo hervir, no más de 30 minutos, las partes duras de las plantas cómo las hojas coriáceas, la corteza de árboles, las raíces, semillas.

Los purines:  

Son los residuos de origen orgánico, como aguas residuales y restos de vegetales, cosechas, semillas, concentraciones de animales muertos, pesca, comida, excrementos sólidos o líquidos, o mezcla de ellos, fermentados o con capacidad de fermentar que tienen impacto medioambiental. Tradicionalmente, se han usado para producir abono y compost.   Existen dos tipos de purines:

Purines de fermentación:  

Se preparan a partir de estiércoles, plantas, hierbas o restos vegetales que pueden ser enriquecidos con algún compuesto mineral como por ejemplo cenizas. Los purines aportan enzimas, aminoácidos y otras sustancias al suelo y a las plantas, aumentando la diversidad y disponibilidad de nutrientes. También aportan microbios que actúan transformando la materia orgánica del suelo en nutrientes para las plantas.

 Purines en fermentación: 

Se preparan sumergiendo los tallos y las hojas de las plantas en agua por el término de cuatro a siete días. Si dejamos el preparado al sol ayudaremos a su descomposición. En este período comienzan a actuar hongos, bacterias y levaduras que desprenden enzimas, aminoácidos y nutrientes que son utilizados por las plantas.

Macerados:  

A través de procesos sencillos de extracción de sólido a líquido, dejando reposar una materia sólida en un líquido. Pueden prepararse con plantas o insectos. Los macerados elaborados a partir de plantas pueden utilizar plantas frescas o secas colocadas en agua durante no más de tres días cuidando que no fermenten.

Por su parte, los macerados elaborados a partir de insectos se basan en el principio de inoculación de enfermedades. En este caso, el insumo o ingrediente es el insecto que causa el problema.

El proceso de fermentación actuará como caldo de cultivo de las enfermedades o parásitos que posee el mismo y se utiliza para controlar plagas de la misma especie con la que se elabora el preparado.

Al aplicarle el preparado resultante a la plaga, le estaremos sembrando sus propias enfermedades.

Caldos:

En la agricultura ecológica se ha utilizado esta denominación principalmente para referirse a los caldos minerales elaborados diluyendo en agua compuestos o elementos minerales para hacerlos solubles y aprovechables por las plantas.

En su mayor parte poseen propiedades para actuar en el manejo de enfermedades transmitidas por hongos.


Recomendaciones para la preparación y aplicación de los biopreparados:

  • Para elaborar y aplicar los biopreparados utilice guantes de látex, y protección para los ojos para aquellos que contengan minerales en su formulación.
  • Los Biopreparados NO deben usarse en días de lluvia dado que se lavan, ni de gran insolación porque se produce el efecto lupa que quema la superficie de las hojas. 
  • Cuando usemos estiércol, debemos asegurarnos de que el mismo sea fresco porque será más rico en nitrógeno y microorganismos.
  • Recomendamos evitar el uso de estiércol proveniente de animales alimentados en confinamiento por su alto contenido en antibióticos.
  • El agua utilizada debe ser lo más pura posible, como por ejemplo el agua de lluvia recolectada por nosotros mismos.
  • No se recomienda utilizar agua potable porque contiene cloro y flúor.  Si no tenemos otra alternativa, es conveniente dejar reposar el agua potable al menos una hora antes de usarla.
  • Para su elaboración se recomienda utilizar recipientes de plástico evitando los recipientes metálicos que producen reacciones químicas y la corrosión de sus paredes.
  • Una vez elaborados, no deben recibir luz directa para evitar que sus compuestos se degraden.


  • Durante su elaboración y almacenamiento, debemos cuidar que los recipientes queden cerrados para evitar que los preparados puedan recibir impurezas que afecten su eficiencia.
  • Cuando adicionamos elementos (por ejemplo, cenizas) aconsejamos hacerlo de manera gradual y lenta, para perturbar lo menos posible el proceso que se desarrolla.
  • Se recomienda adicionar a los biopreparados ralladura de jabón sin olor para facilitar su fijación a la superficie de las plantas a las que se aplica.
  • En líneas generales, debemos tener en cuenta que las infusiones y caldos se deben utilizar lo más pronto posible a su elaboración, preferentemente dentro de las 24 horas de elaborados. Los macerados y decocciones dentro de los tres meses, mientras que los purines conservan sus propiedades hasta seis meses.
  • En aquellos preparados que se aplican con mochila o aspersor es importante filtrarlos muy bien para que no se tapen las boquillas.
  • La utilización continua de los preparados puede generar acostumbramiento y con esto resistencia de la plaga, por lo que es necesario rotarlos.

 Elaboración de biopreparados:

 1.- Infusión de Canela cinnamomum zeylandicum (canela de Ceylán)

La canela en polvo puede utilizarse como un enraizante natural para plantas. Su contenido de cinamaldehído ayuda a prevenir la pudrición de las raíces y estimula su crecimiento, además de tener propiedades antimicrobianas que protegen los esquejes de infecciones fúngicas.

Materiales:   Canela molida 25 gramos + Agua 1,0 litro.

Preparación:   

Se vierten 25 gramos de canela en un litro de agua, y se deja reposar alrededor de una hora.  Después, se filtra y está listo el producto para ser utilizado como enraizador.

Aplicación: 

Se aplica sumergiendo las raíces de los plantines a raíz desnuda, o el bloque de sustrato de los plantines producidos en bandejas en el momento del trasplante.

Controla:  Deficiencias de crecimiento de masa radicular.


2.- Caldo bordelés (biofungicida)

Materiales:

Cal viva 1,0 kilo.  Sulfato de cobre 1,0 kilo, Jabón 1,0 barra,  Agua 80 litros, 1,0 balde de plástico de 20 litros, 1,0 balde chico o una jarra con capacidad para 2 litros, 1,0 paleta de madera para remover la mezcla 1,0 una varilla de hierro para probar la acidez de la mezcla.

Preparación: 

En un balde de plástico pequeño, colocar agua caliente y disolver el sulfato de cobre. En otro balde más grande (mínimo 20 litros) disolver la cal previamente apagada.

Una vez que tenemos los dos productos por separado, hacemos la mezcla vaciando el sulfato de cobre dentro del tacho de cal, nunca al revés porque se corta.

Una vez mezclado y siguiendo con la remoción, colocar la varilla de hierro dentro de la mezcla para comprobar la acidez de esta. Si la varilla se oxida, está muy ácida y por lo tanto hay que agregarle más cal para neutralizar.

Una vez que se llega a la acidez deseada (no oxida la varilla), el caldo está listo para usar.


 Aplicación:

Va a depender del tipo de cultivo y estado de este.  En cultivos de cebolla, ajo, tomate:  ¾ partes de caldo + ¼ de agua.   En cultivos de arveja, habas, repollo, pepino, zapallo 50% de caldo + 50% de agua.

No aplicar en floración en zapallos, calabazas, calabacín, sandía, melón.

Controla: Todo tipo de hongos, pulgones e insectos masticadores de hoja.

3.- Biofertilizante fermentado (biodigestor)

Materiales:  

Chancaca ½ kg., estiércol fresco de vaca ½ kg., leche ½ lt., hojas de leguminosas picadas 1,0 kg., levadura 20 gr., agua 20 lt. y un bidón de 20 lt.

Preparación:  

Introducir en el bidón 5,0 a 8,0 lts de agua y el estiércol, mezclarlo en forma ligera.  Luego diluir la chancaca en un balde, en esa melaza diluir la levadura.  Luego incorporar al bidón la leche, y por último, las hojas de leguminosas.  Luego mezclar adicionando agua hasta llenar el bidón.

Finalmente, el recipiente se cierra y se coloca un niple con manguera que va a terminar en una botella con agua, esto con el fin de que los gases que se expandan durante el procedimiento salgan y no entre aire al tanque. Fermentar de 60 a 90 días.

Aplicación: 

Se aplica a todos los cultivos en su follaje, rociado con una pulverizadora de espalda u otro rociador.

Dosis:  1,0 lt. del biofertilizante y 3,0 lt. de agua para disponer de 4,0 lt. de mezcla.

Controla:  Deficiencias nutricionales.


4.- Caldo de ceniza (fungicida / insecticida)

Materiales:

Cenizas de madera 5,0 a 10 Kg.,  agua 10 litros,  jabón ½ barra,  un balde de metal de 25 litros.  El Caldo de Cenizas es un producto que surge de la mezcla entre cenizas de madera, agua y jabón. Las cenizas aportan a los cultivos importantes nutrientes solubles tales como potasio, magnesio, cobre, hierro, calcio, manganeo y cinc.

Preparación:

Colocar en una olla el agua y hacerla hervir.  Agregar las cenizas a la olla con agua y dejar hervir a fuego lento durante unos 25 a 30 minutos.  Sacar del fuego y dejar enfriar.   En estas condiciones el caldo ya está listo para su utilización.

Aplicación:

Va a depender del tipo de aplicación que hagamos.  Si es mediante una bomba pulverizadora de espalda: 2,0 a 4,0 litros de caldo + 20 litros de agua.  Se pueden agregar a la mezcla productos que tengan la función de adherentes, tal es el caso de aceite agrícola (2,0 a 3,0 cucharadas) o media barra de jabón disuelto.  El caldo de cenizas se puede mezclar con Caldo Bordelés.

Controla:

Chanchitos blancos de los cítricos y hongos.  Gusano cogollero del maíz.    Este producto se puede utilizar también con biofertilizantes, sirviendo de adherente.  Las aplicaciones se realizan sobre follaje, troncos y ramas de las plantas y la frecuencia de aplicaciones es cada 8,0 a 10 días aproximadamente, pero no más de 3,0 aplicaciones.


5.- Caldo sulfocálcico o Polisulfuró de calcio (Fungicida)

Utilizado como fungicida, bactericida, insecticida y acaricida de contacto, recomendado para el control de plagas y enfermedades en frutales y vides, especialmente durante el período invernal.

Materiales:

Cal deshidratada 1,0 kg., azufre amarillo en polvo 2,0 kg., agua 10 litros, 1,0 lata de 20 litros, 1,0 paleta de madera para remover.

Preparación:

Se hace hervir 10 litros de agua en la lata, mientras hierve se agrega la cal y el azufre.  Hacer hervir durante unos 45 a 60 minutos (dependiendo de la intensidad del fuego) y teniendo la precaución de mover vigorosamente la mezcla.  Al finalizar el tiempo recomendado de cocción la mezcla tomará un color rojo ladrillo o vino tinto. Seguir removiendo constantemente.   Posteriormente dejar enfriar, colar, envasar, tapar y guardar en un ambiente oscuro.  Antes de tapar, se debe colocar una capa de aceite comestible sobre el producto a modo de conservante.

Aplicación:

Diluir 1,0 litro de sulfocálcico en 20 litros de agua para hortalizas.  Diluir 2,0 litros de sulfocálcico en 20 litros de agua para enfermedades de los frutales.  Para Trips en cebolla y ajo, aplicar 750 cc. de caldo en 20 litros de agua.

No aplicar en floración en cultivos de zapallos, calabazas, calabacín, sandía, melón.

Controla: Tiene acción fungicida y efecto Acaricida.

Precauciones de uso:

No aplicar en días húmedos o de calor intenso.  Es recomendable aplicarlo en días secos y sin viento para evitar quemaduras en las hojas. Se debe evitar el contacto con ojos y piel ya que es un producto corrosivo y puede causar irritación.

Se debe utilizar equipo de protección adecuado como guantes, gafas y ropa protectora durante la aplicación.

No aplicar en presencia de abejas ya que es tóxico para ellas, por lo que se debe evitar su aplicación en zonas con actividad apícola.

Realizar triple lavado de los envases, luego perforarlos para evitar su reutilización.

Almacenar en lugar seguro, en sus envases originales, bien cerrados y etiquetados, lejos del alcance de niños y animales.


6.- Purines

En el contexto agrícola, los purines son una mezcla líquida o pastosa de deyecciones animales, restos de cama, vegetales, alimentos y agua, que se utiliza como fertilizante orgánico. Son ricos en nutrientes y minerales, lo que los convierte en un recurso valioso para la agricultura, pero también pueden ser una fuente de contaminación si no se manejan adecuadamente.

Purín de ortiga (urtica sp.) (insecticida) (bionsecticida / biorepelente)  

Materiales:  Ortiga 1/2 Kg., manzanilla (flores y hojas) 1/2 Kg., hojas de eucalipto 300 gr., agua 120 lt.

Preparación:

Se utiliza la parte aérea de las plantas:  100 gr. de ortiga x 5,0 lt. de agua (al 2%) o bien 100 gr. de ortiga x 10 lt. de agua (al 1%).  Se deja fermentar durante 12 días.   Estos subproductos pueden aplicarse a las plantas durante todo el año.  Normalmente se usa una dilución de 1,0 - 20, es decir 1,0 litro de purín x 20 litros de agua. Es además un estimulador del crecimiento de las plantas.

Controla: Pulgones y ácaros.

7.- Purín de ortiga (insecticida, repelente para pulgones)

Materiales: Ramas (hojas tallos) de Ortiga 1,0 kilo y  agua 10 litros.

Preparación:

Colocar 1,0  kg. de la parte aérea de plantas frescas en 10 lt. de agua o 500 gr. de planta seca en x 10 lt. de agua. 

Se deja reposar de 4,0 a 7,0 días, revolviéndolo todos los días.  Se observará que el preparado generará una espuma, cuando esta baja, estará listo para utilizar.

Aplicación:

Se aplica a todos los cultivos de hortalizas.  Se recomienda utilizarlo si la planta está bien regada, es decir, que no tenga deficiencia hídrica.  En diluciones 1,0 litro de purín x 20 litros de agua.

Controla:  Protege contra el ataque de pulgones y arañita roja.

8.- Purín de ají  (insecticida, repelente, para insectos chupadores y arañitas)

Materiales: Ají seco 500 gramos, jabón en pan 1,0 cucharada, ajo 25 dientes,  café 2,0 cucharadas, agua 20 litros.

Preparación: 

Macerar 500 gr. de ají seco, agregar 1,0 litro de agua y dejar reposar 24 hrs.  Luego filtrar y mezclar con 20 litros de agua y 1,0 cucharada de jabón en pasta.  Se pican muy finamente los ajos y se le agregan 2,0 cucharaditas de café.  Se deja reposar durante 24 horas.  Posteriormente se disuelven 100 gr. de jabón blanco en 10 litros de agua y se mezclan con el preparado de ajo. Por último, se filtra todo el preparado.

Aplicacion: 

Este preparado se aplica sobre hojas y ramas de las plantas, pero también en la base de los tallos cuando se detecta problemas en ellos.

Controla: 

El ají actúa por ingestión inhibiendo el apetito de los insectos. Ejerce acción insecticida, repelente, antiviral. Sus principios activos se concentran en la cáscara y en las semillas. Es un buen bactericida, razón por la cual se lo aplica también en la base de los tallos de las plantas. En esta zona hay un gran contacto con el suelo y por lo tanto gran cantidad de bacterias que pueden atacar a las plantas.


9.- Purín de cebolla ( allium cepa) + ajo (allium sativum) (insecticida)

Materiales: Cebollas grandes 5,0,  Ajo 10 cabezas, Jabón 1,0 en pasta,  Agua 25 lt.

Preparación:

Moler las 10 cabezas de ajo y las 5,0 cebollas grandes. Luego raspar el jabón, disuelto en 25 litros de agua. Dejar esta mezcla en reposo durante 4 - 5 días y luego colarla.

Aplicación:

2,0 lts. de esta solución para una bomba de espalda de 20 lts. La aplicación es foliar a cualquier cultivo.

Controla: Insectos y hongos en todos los cultivos.


10.- Purín de agua jabonosa con tabaco (insecticida)

Materiales:

Tabaco triturado 1,0 kg., Jabón en pasta ½,  Agua 15 lts.

Preparación:

Se macera 1,0 kg. de hojas y tallos de tabaco y se mezcla con 15 lts. de agua.   Se agregan 20 gr. de jabón no detergente.  Se deja reposar durante 24 horas, se filtra y se diluye finalmente en 20 lts. de agua.

Aplicación: Pulverizado a las plantas.

Controla: El tabaco: Es insecticida, acaricida y fungicida. Actúa contra ácaros, moscas, trips y palomillas.


11.- Decocción de ruda

Materiales: Hojas y flores de Ruda 100 gr.,  agua 1,0 lt.

Preparación:  Hacer hervir en un litro de agua las flores y hojas de la ruda durante 5,0 a 10 min.

Aplicación:  Aplicar a los tallos y hojas de las plantas afectadas mediante una fumigadora manual.

Controla: pulgones y ácaros.



La Alelopatía:

Un fenómeno que muchas personas desconocen es que los organismos cercanos tienen la capacidad de comunicarse o interaccionar entre ellos mediante compuestos químicos. Esto es lo que se denomina como alelopatía y, por ejemplo, un caso muy sencillo es la relación entre las plantas cercanas entre sí en un huerto.

La alelopatía es un fenómeno biológico en el que un organismo genera compuestos bioquímicos que tienen influencia sobre la supervivencia, crecimiento o reproducción de otros organismos.

En agricultura, la alelopatía es una técnica natural utilizada desde la antigüedad en la que se usan plantas de distintas familias cultivadas en la misma zona para aprovechar los beneficios que se aportan entre ellas y evitar las plagas o enfermedades en las mismas.

Las sustancias alelopáticas pueden tener efectos atrayentes, repelentes, inhibidores o estimulantes sobre otras plantas, insectos o microorganismos como hongos o bacterias.

Plantas con propiedades alelopáticas pueden ser hortalizas, hierbas aromáticas, plantas medicinales y algunas malezas.

También es una manera de potenciar la calidad de los productos obtenidos en los cultivos de forma natural, sustituyendo la utilización de productos químicos y contaminantes por asociaciones de cultivos beneficiosas.

Combinación entre plantas para evitar enfermedades:

La alelopatía es una técnica natural utilizada desde la antigüedad en la que se usan plantas de distintas familias cultivadas en la misma zona para aprovechar los beneficios que se aportan entre ellas y evitar las plagas o enfermedades en las mismas.

Esta técnica se utiliza en la agricultura con el fin de evitar la utilización de productos químicos y contaminantes para nuestros cultivos a corto y largo plazo.

En la agricultura ecológica la Alelopatía se encarga de aprovechar los beneficios que aportan los recursos naturales para utilizarlos como método de prevención de cultivos.

Algunas especies de plantas necesitan una protección mayor que otras para controlar las plagas y enfermedades.

Normalmente se utilizan pesticidas y fertilizantes artificiales para el control y seguridad de éstas, pero al tratarse de productos químicos, afectan a la planta, al medio ambiente y al producto final, por tanto perjudican también al consumidor. Por este motivo se buscan alternativas orgánicas que resulten eficaces y respetuosas con el ecosistema y el cultivo.


¿Cómo funciona la alelopatía?:

El funcionamiento de la Alelopatía se basa en la plantación de distintas especies de plantas en la misma ubicación con el fin de que se protejan unas a otras a través de las sustancias que van generando.

En la alelopatía se usan tres tipos de técnicas:

a) Uso de plantas acompañantes o afines:  

Que aportan beneficio muto con otras plantas. Esta asociación positiva puede influir desde la germinación de las semillas, crecimiento y desarrollo de la planta, hasta en el sabor y aroma final de los vegetales obtenidos. 

b) Uso de plantas repelentes:   

Que generalmente son plantas de aroma fuerte que mantienen a los insectos alejados de los cultivos. Este tipo de plantas protegen los cultivos hasta 10 metros de distancia. Algunas repelen un insecto específico y otras varias plagas.

Algunos ejemplos:

La albahaca hace de repelente frente a la araña roja, mosca blanca o los pulgones. La menta hace de repelente frente a las hormigas, la mosca blanca o los ratones. El orégano repele a hormigas, moscas o pulgones. La salvia repele a mariposas de la col, moscas blancas o pulgones.

c)  Uso de cultivos trampa:  

Que atraen a los insectos dañinos y los mantiene alejados de los cultivos principales. Este uso de plantas acompañantes puede reducir los daños a las cosechas sin tener que recurrir a plaguicidas con todos sus peligros potenciales.

Algunos ejemplos:

  • El eneldo atrae gusanos tierreros.
  • La hiedra atrae chinches y ácaros.
  • La mostaza atrae gusanos comedores de follaje.
  • El tabaco atrae a la mosca blanca. El trébol atrae a la mosca del repollo.
  • La ruda atrae a moscas y polillas.


Para que el medio ambiente se autorregulé es necesario conocer las distintas especies de plantas y sus interacciones con las demás. Las plantas influyen en la producción y desarrollo de las que tienen al lado, facilitan la reestructuración del suelo y proporcionan los nutrientes necesarios para el mismo, evitando el uso de fertilizantes.

 

Material recopilado por Jorge A. Pérez-Cotapos Ayala
Ingeniero Agrícola, Universidad de Chile
    WhatsApp +569 989340531    
 Correo:   japca1000@gmail.com
 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario